samedi 28 juillet 2007

Operación merci

A veces de verdad parece que viviera en Suiza. Como el otro día, a media tarde en pleno centro de Friburgo. Todo indicaba que se trataba de una batida para detener a infractores de tránsito. Pero era justamente lo contrario, o más o menos. Si te paraba el policía y tenías todos tus papeles en regla, tu seguro al día, tu revisión técnica aprobada, tus llantas en buenas condiciones, tu nivel de emisión de CO2 bajo control y habías cumplido con tooooodas las demás condiciones que se les imponen a los choferes en este país, te hacías acreedor a una barra de 100 gramos de chocolate, suizo of course, de la casa Cailler. El resto se iba con su multa no más. La iniciativa ha rebotado en varios medios europeos, y aunque a la mayoría le parece una buena manera de premiar a los conductores y mejorar la imagen de la policía, también quienes aseguran que dada la cantidad de reglas y requisitos de circulación vigentes en Suiza, en realidad una barra de chocolate es muy poco premio.

mercredi 25 juillet 2007

Las bicicletas son para el infierno

En Europa, hay dos maneras infalibles de volverse famoso durante el verano: ganar el Tour de Francia o dar positivo en el antidopping (del Tour de Francia). La frase -palabras más, palabras menos- le pertenece al entrenador de un equipo que ha tenido que retirarse de la competencia en las últimas horas porque uno de sus integrantes escogió la manera más riesgosa de alcanzar la celebridad. Yo, recién llegada, no me contagio aún de la emoción de este asunto. Y al paso que avanza la decepción, fácil he llegado tarde porque cada vez más analistas proponen que se cancele de una vez por todas este certamen. Sus principales detractores cuestionan sobre todo la hipocresía de emprender una campaña contra el uso de sustancias ilícitas cuando a los participantes se les reclama performances suprahumanas para mantener el interés del público y aumentar los beneficios de los auspiciadores. Ahora, si el Tour de Francia se maneja como ciertas federaciones de fútbol, pues todavía tiene para rato.
El hecho es que la bicicleta despierta pasiones en Europa. La mayoría de países fomenta su uso para reducir la contaminación producida por los autos, las ciclovías proliferan, los puntos de alquiler se están haciendo populares e incluso puedes subir al tren con tu bici y dejarla en alguno de los numerosos estacionamientos ad hoc que ofrecen centros comerciales, edificios públicos y condominios residenciales. Sin embargo, los amantes de la "petite reine" (la reinita), como la llaman por acá, no pueden hacer lo que les dé la gana, que era lo que yo hacía cuando me paseaba en dos ruedas por Lima.
Cuando compras tu bici, recibes una vignette, que es una especie de placa, para que te identifiquen en caso de accidente o de perjuicios a terceros. Ni hablar de manejar en la vereda y mucho menos de atravesar un crucero peatonal. Las reglas para los ciclistas son muy parecidas a las que deben observar los choferes. Será por eso que mi bicicleta sigue tan flamante como el día que salió del Carrefour. Mucha complicación quita el placer.
Por suerte, no todos piensan así. Si bien no gozan de la cobertura del Tour de France, cada región organiza sus minitours y, llueva, truene o relampaguee, siempre hay su buena cantidad de hinchas haciendo barra al costado del camino. Hace poco, salíamos de un restaurante cuando nos informaron que la ruta estaba cerrada porque el Tour du Jura iba a pasar en unos minutos. Mientras esperábamos confundidos entre los fanáticos, recibimos muestras gratis de chocolates, galletas, caramelos, agua mineral, gaseosa y catálogos de tiendas, la mayoría lanzados -no siempre delicadamente- desde los autos de los sponsors que preceden a la tropa de corredores. Y es una competencia chiquitita. Bueno, digamos que no tan chiquita, para que no se resientan los jurasiens. Pero me imaginaba no más toda la plata que se debe mover en souvenirs, merchandising y propaganda para algo tan monstruosamente grande como el Tour de Francia. Digo, para que este patita Vinokourov se haya inyectardo sangre ajena (según los responsables de las pruebas) tratando de despistar a los jueces... Él jura que debe haber una confusión, que es un complot, que la historia lo absolverá, pero ya no le cree ni su viejita. Y, sin embargo, en el fondo todos saben que el próximo año la historia comenzará de nuevo, aunque con otros nombres. Y así, casi sin darme cuenta, en mi escala de imposibles la tarea de limpiar el Tour de Francia se está acercando vertiginosamente a la clasificación de Perú a Sudáfrica 2010. Será consuelo de tontos, pero buenas son tortas.

lundi 23 juillet 2007

Grosario I

En español, soy una lisurienta. Me encantan las groserías y los chistes de mal gusto. En francés, aún estoy descubriendo las acepciones que cada "juron" puede adquirir según el contexto, la entonación y otros factores, así que por ahora solo me expreso en un discurso formal y eventualmente ensayo alguna grosería frente a Magtán. Mientras me animo a ornamentar mi lengua franca con estas adquisiciones, procedo a un breve inventario, con sus posibles equivalentes en peruano y las traducciones literales del francés al español (*):

Putain!
Podría ser "puta madre" (tamare, taque) en el Perú, en francés solo significa puta (podría ser una abreviación de fils de putain, hijo de puta, pero no puedo asegurarlo).

Purée!
En peruano: pucha (chamare, chaque). Versión light de Putain, en francés significá "puré" no más.

Pétasse:
Por la carga injuriosa que lleva a mí me suena a "cojuda", aunque su traducción literal es puta o zorra, pero con una marca de antipatía: para alguien particularmente odiosa. Es quizá el insulto más fuerte que le puedes lanzar a una mujer.

Salope
Compite con el anterior en agresividad. Solo se usa para las mujeres y si bien el diccionario lo traduce nuevamente como puta, yo le percibo una marca particular de suciedad o vulgaridad. Un español probablemente usaría guarra.

Con (conne):
El diccionario lo traduce como gilipollas, así que para el Perú creo que sería tonto. Su significado en francés es coño. Se usa ampliamente, incluso de manera cariñosa o como un regaño para los niños. Faire le con es hacerse el tonto, el idiota.

Connard
Huevón en peruano. Más fuerte y ofensivo que el anterior. Es uno de los insultos favorito de los conductores frente a una infracción del prójimo.

Couillon
A medio camino entre con y connard, a mí me suena a imbécil y, dada su recurrencia (incluso entre animadores de concursos televisivos) le atribuyo un carácter amical, poco agresivo.

Couille molle
Su traducción sería huevos blandos, y en Perú diríamos marica, no por gay sino por cobarde, falto de carácter. Sospecho que es un helvetismo porque solamente lo he escuchado entre suizos, más específicamente entre jurasiens.

Trou du cul
Me parece que es otro helvetismo por las mismas razones que la expresión anterior. Significa "hueco del culo", y debe ser algo parecido a ojete.

Enculé(e)
Se traduce literalmente como culeado(a), pero como no lo usamos mucho en Perú, yo le pondría: (eres un/a) cagado(a). Otro insulto habitual de las autopistas.

Chier / Faire Chier / Une chiée
Chier significa cagar. Es una grosería mayor, muy común entre los adolescentes, o entre amigos cercanos. Si alguien te hace chier (il fait chier), te está cagando, es un cagón. Pero si dices que alguien tiene una chiée de plata, quiere decir que se caga en plata (tiene un huevo de plata).

Nom de Dieu
Debido a su inocente traducción, "nombre de Dios", y a la propensión de Magtán a usar esta frase yo pensaba que era algo como "por amor de Dios" o "Dios mío", hasta que a mi cuñada se le escapó en la mesa y se disculpó profusamente. No le encuentro equivalentes en peruano, aunque en español me suena a "me cago en la virgen" o por ahí.

Nom de bleu / Nom de chien
Versiones suavizadas de la anterior, cuya traducción en español no dice nada: Nombre de azul (??) y Nombre de perro (!!!!). Entiendo la primera por homofonía (como miércoles en lugar de mierda) pero la segunda vaya usted a saber.

Merde
Mismo uso, mismo significado en francés y espanñol, aunque mayormente se usa de forma independiente. O sea, no hay una expresión como vete a la merde.

Foutre / se faire foutre / s'en foutre
Solita, la palabra foutre es un forma familiar, vulgar, de decir esperma (leche), pero generalmente se usa en frases hechas. Por ejemplo, va te faire foutre (se faire foutre) sería, digamos, que te cache un burro (o, de plano, vete la mierda) y si algo te llega al pincho dirías je m'en fous (s'en foutre). Cabe aclarar, que frases como je m'en fous, on s'en fout y similares son de uso muy difundido, por lo que su significado parece haber perdido las connotaciones ofensivas que sí se detectan en otras expresiones con ese vocablo. Actualmente, Je m'en fous es casi lo mismo que no me importa, me vale o me llega.

Foutu
Derivado del verbo anterior, es un adjetivo que puede traducirse en peruano como (estoy) jodido (o cagado). Se usa para describir estados de ánimo o malestares físicos: estoy agotado = je suis foutu; está depre = il est foutu.

Pédé / pédale
Maricón, cabro, pero al igual que en español también pueden despojarse de la carga ofensiva (que es muy fuerte si efectivamente la diriges contra un homosexual) cuando se usa para referirse afectuosamente a un conocido.

Niquer
De incorporación relativamente reciente, es la forma más vulgar para decir "tirar". Entre nosotros sería cachar, probablemente (comerse a alguien, quizá, pero me parece un uso más específico). En este apartado tengo serias dudas porque cuando aprendí francés, me enseñaron que "baiser" significaba sencillamente "besar". Sin embargo, cuando se estrenó en Lima la película "Baise-moi" con el título "Viólame" me di cuenta que algo se me había perdido entre los libros de la Alianza Francesa y la lengua cotidiana de los franceses. De hecho, Baiser no significa Violar, y los españoles fueron más acertados (al menos en esta ocasión) al traducir el título de la película como "Fóllame", que es su significado más difundido. Ahora resulta que para el verbo "besar" se usa embrasser, que originalmente significaba abrazar. Y cuando quieres que alguien te abrace, tienes que recurrir a un eufemismo como "serre-moi dans tes bras" (estréchame en tus brazos), o al menos es lo que yo hago hasta que resuelva este entuerto.

*Esta es solo una aproximación basada en observaciones cotidianas, son bienvenidas las correcciones, ampliaciones y nuevas incorporaciones.

vendredi 13 juillet 2007

Wo wonhst du?

Primera clase de alemán. Segundo curso de alemán de mi vida. El primero fue hace como, fácil, veinte años, porque venía a Lima un tío que vive en Berlín y ni sus hijos ni su mujer sabían decir una palabra en español. Yo, convencida de que los idiomas eran mi fuerte, tomé clases particulares de alemán, que me sirvieron para preguntarles si tenían hambre, frío, sed y otros rudimentos comunicativos. Luego se me olvidó casi todo, y decidí que mejor seguía estudiando lenguas romances no más. Pero como ahora me sobra tiempo y como en algún momento tendré que volver a trabajar y como me defiendo en las otras dos lenguas oficiales, pues dije vamos con el alemán que tan difícil no puede ser. Sobre esto último todavía no puedo dar fe, aunque ya la escritura se me hace bien yuca y la pronunciación me ha costado un buen papelón. Pero para variar estoy alucinada con la diversidad, qué será, étnica? de mi clase. Somos siete, todas mujeres: dos brasileñas, bien chibolas, una canadiense, tipo cincuentaipocos, una española, en los treinta, una francesa, de veintialgo, y la novedad: una macedoniana. Macedonina? macedoniense? bueno, originaria de Macedonia.
Yo pensé que tenía algo que ver con Alejandro Magno, Grecia y todo eso, pero no, es una ex república yugoslava que se independizó en 1991, y cuyo nombre oficial es Antigua república yugoslava de Macedonia (ARYM), porque los griegos dicen que la denominación de Macedonia, a secas, es un símbolo helénico. De hecho, Grecia les impuso un bloqueo comercial hasta que cambiaron de nombre, de bandera y hasta de constitución. Capital: Skopje. Y contra todo pronóstico no fue difícil encontrar una celebridad paisana de mi compañera de curso: la madre Teresa de Calcuta, qué tal (de verdad, yo pensaba que era de Calculta, un roche). Los idiomas oficiales son el búlgaro y el albanés, y encima tienen otro alfabeto. Por eso me he quedado pegada con esta chica, que debe tener 22 o por ahí, habla muy bien francés, y ya está aprendiendo alemán, de lo más normal. No sé desde cuándo vive en Suiza, pero ya me enteraré de más detalles. O sea, no sé nada de su país, salvo por lo que dice la Wikipedia, ni platos típicos, ni historia reciente, ni michi. Espero atreverme a preguntarle algo uno de estos días, y espero hacerlo con el tacto suficiente para no quedar como una ignorante total ni una chismosa desconsiderada.
En el otro extremo, las brasileñas están en la luna, las pobres (aunque siempre es un alivio que alguien sea peor alumno que tú). Una de ellas llegó a Suiza hace tres meses, no habla francés y padece con cada palabra del alemán. Pero es super buena gente, y yo aprovecho para practicar un poquito de portuñol. Mientras no me hable de fútbol, tudo bem.

Fruta prohibida

Cambias de país y, jua, te conviertes en un consumidor de productos exóticos. Mi exotismo consiste en una palta a la semana, un plátano para freír cada quince días y dos granadillas al mes. Parece muy austero, y lo es pero solo en términos calóricos porque si pasas a hacer cuentas se convierte en un verdadero derroche. Cada uno de estos prductos cuesta, por unidad, 2,5 francos suizos, o sea cinco solazos. Diez soles por dos granadillas!!! será por eso que me las como con más gusto, y que me banco la cara de desconcierto que necesariamente ponen las cajeras del supermercado cada vez que se topan con esta rareza de fruta (y de cliente tal vez). Primero, como es un producto poco tradicional, su nombre no figura en el sistema digital de registro. Así que las chicas tienen que acudir a una hojita toda garabateada donde les han anotado los códigos de las excentricidades. Luego, no saben cómo se llama, así que no tienen idea de cómo buscar. Al parecer, la granadilla no tiene traducción en francés, simplemente la pronuncian en francés: Genadila. Enseguida vienen las preguntas de rigor, que si es rico (bueno, sí, crees que voy a desbancarme para comer algo feo?), que a qué sabe (a ver, tú explícame a qué sabe la choucroutte y luego yo te explico), de dónde viene (eso está indicado en tu hoja mamacita, pero en fin, de Colombia, aunque también la producimos en mi país por si acaso) y de dónde vengo yo (a ver adivina, no México no, Bolivia tampoco, nada? de Perú, y la respuesta casi clásica: ah!!! yo admiro la cultura maya) Todo con muchas sonrisas y buena onda, por supuesto. Solo que, francamente, es una granadilla!! Magtán no entra en vainas: a la primera responde que es horrible, que parece moco y que es la última vez que la compramos. Así salimos más rápido y la gente de la cola no nos mira tan feo.

dimanche 8 juillet 2007

Sí nos ganan

Mi suegro me comenta entusiasmado que hoy juega Perú contra Argentina. Le respondo que no, que hoy pierde Perú contra Argentina. Me dice que entonces los jugadores peruanos deben ser tan malos como los suizos. Le digo que al menos Suiza clasificó para el mundial de Alemania, mientras que Perú no la ve hace cuchucientos años. Me contesta que de qué sirve clasificar para un mundial, si te descalifican al toque. Sí pues, le digo. No es que a mi suegro le guste mucho el fútbol, de hecho mientras se desarrollaba este diálogo él tenía un ojo puesto en el partido que Federer iba a terminar ganando en Wimbledon. En realidad, solo estaba tratando de ser amable, de buscarme conversación. Hubiera sido mejor explicarle que a mí sí me gusta el fútbol, pero que me he prometido no volver a hacerme ilusiones con el equipo peruano hasta que se lo merezca. Pero me quedé callada no más, para no distraerlo de las últimas jugadas de su compatriota y para no tener que verme en el delicado trance de explicarle la diferencia entre fútbol y julbo. También hubiera podido pedirle, s'il te plaît Arthur, que mejor no volvamos a mencionar el tema del fútbol peruano, que cualquier otra cosita, encantada; pero él ya estaba concentrado en el match-point. Y, sin embargo, he trasnochado esperando que cuelguen el resultado en internet. A veces me doy una cólera ...

Sale caliente

Cuando trabajaba en PC World pasé serios aprietos tratando de dilucidar cuándo convenía respetar los términos del inglés, que proliferan en el lenguaje informático, y cuándo debía castellanizarlos o simplemente traducirlos. Mi mayor problema consistía en transformar los artículos que nos enviaba la franquicia de la revista, con sede en España, de manera que sonaran a peruano, que fueran legibles para el público objetivo (qué ganas de poner target) y que conservaran su rigor técnico. Usar mouse en lugar de ratón me parecía lógico porque, aunque Cervantes me excomulgue, era la forma más difundida en el Perú pero ya no me quedaba tan claro cuando tenía que elegir entre vídeo o video, por mencionar solo algunas de las reflexiones en las que solía refugiarme para evadirme un poco de la aridez tecnológica de aquellos textos. Esto ocurrió hace más de diez años, cuando las computadoras todavía estaban rodeadas de un cierto misterio. Ha pasado el tiempo pero yo me he quedado con varias dudas y con una curiosidad casi patológica por los extranjerismos o barbarismos o ustedes me entienden. Pues bien, me equivoqué cuando creí que mudándome a otra jurisdicción idiomática iba a conjurar esa obsesión.
Resulta que por acá estamos en plena temporada de descuentos. Cambio de estación obliga, las tiendas rematan todo y los centros comerciales parecen una escenificación de los sanfermines. Eso se llama en francés Soldes, Saldi en italiano, que también es un idioma reconocido por la Comunidad Helvética y todo hay que traducirlo. Hasta ahí, normal. Pero en realidad la CH es mayoritariamente suisse-allemanique, o sea que en buena parte de los cantones se habla el schwyzertütsch, un dialecto derivado del alemán que los propios alemanes de Alemania no entienden pero que es lengua oficial y, faltaba más, también tiene un equivalente para los dichosos remates: Soldenverkauf. Sí pues, como que mucha letra para una idea tan simple, o al menos eso es lo que han pensado los encargados de marketing (no, no me sale mercadeo, aunque quizá sería mejor escribir márketing) de algunas compañías locales que decidieron ahorrarse tinta en impresión y zanjar con un muy globalizado Sale para todo el mundo en afiches, bolsas y publicidad.
Nadie se ha hecho bolas entre los hablantes de italiano ni de suizo-alemán, pero las autoridades romandes o francófonas (o debería decir francoparlantes? o francohablantes?) no solo han protestado por lo que consideran la incorporación innecesaria de un anglicismo, sino que además han hecho notar algo que de obvio ya parece una broma de mal gusto. En francés, la palabra Sale significa Sucio(a) y encima tiene connotaciones negativas cuando se usa figurativamente. O sea, si alguien tiene un sale caractére, significa que tiene un genio de mierda (o ya, mal genio, para no exagerar); y por estos días todos se quejan del sale temps, o sea del clima espantoso que nos viene ofreciendo el recién estrenado verano.
En general, las objeciones han sido formuladas con un encomiable sentido del humor, tipo "no me gustaría que mi esposa se compre un calzón con una visible etiqueta de 'sale'" porque, obviamente, nadie piensa que se está llevando un calzón sucio cuando compra su ropa interior rebajada a setenta por ciento. Pero el diario Le Matin le ha dedicado una portada a esta tema en la edición del fin de semana, y anuncia que los responsables del sale coup se han comprometido a corregir el estropicio semántico sin importar cuánto les cueste la gracia.
Todo esto, entre otras cosas, porque mañana comienzo mis clases de alemán. Claro que estuve tentada de inscribirme en el curso de principiantes, nivel -1, de schwyzertütsch pero primero tengo que tener nociones del alemán de Alemania para luego poder desbaratarlo de acuerdo a la impracticable pronunciación y los caprichos gramaticales de este dialecto que encima se habla distinto en cada cantón. Como si no tuviera suficiente con los helvetismos que he tenido que asimilar a paso ligero luego de tantos años de pulir mi francés castizo de Francia en la Alianza Francesa, solo uno, para los afanosos: a partir del número setenta hasta el noventainueve, en francés hablas como si hicieras operaciones matemáticas: soixante-dix, o sea sesenta (y) diez, significa setenta; quatre-vingt six, o sea cuatro veintes (y) seis significa ochentaiseis, quatre-vingt dix neuf, o sea cuatro veintes (y) diecinueve significa noventainueve, etc.; y créanme que no es fácil interiorizar esa forma de contar (a propósito, sospecho que he escrito pésimo los números en español, pero eso es algo que tampoco nunca logré aprender). Cuando finalmente ya la tenía bajo control, llegué a Suiza para darme con la grata aunque tardía sorpresa de que acá setenta es septante, ochenta es huitante, noventa es nonante y así sucesivamente, casi casi como en cristiano. Ahora, tendrían que verme pasar interminables segundos mentalmente entre la forma aprendida y la que recién estoy adquiriendo mientras mi interlocutor empieza a sospechar que padezco algún trastorno (no, nada de handicap) neurólogico. Supaipawawa, francamente.