Lo dijo mirando a la cámara, como quien avisa que está organizando una pollada a cinco lucas el tike. Lo dijo minutos, minutiiitos, después de que el equipo que dirigía fuera aparatosamente eliminado de la Eurocopa. Lo dijo, Raymond Domenech, estrenador de la selección francesa hasta el cierre de este post, le pidió matrimonio a su marinovia en vivo y en directo: Estelle, veut tu m'épouser? (Estelle, quieres casarte conmigo?).
El reportero no sabía qué hacer con esa exclusiva de pacotilla: lo que él quería era un mea culpa, una renuncia al aire, al menos una queja contra el árbitro, y a cambio recibió esta disparatada propuesta dirigida, por si fuera poco, hacia una de sus colegas: "Mi único proyecto es deposar a Estelle, y se lo pido hoy. Sé que es difícil pero es en estos momentos que uno necesita de todo el mundo y yo la necesito a ella".
Estelle Denis (32) es periodista, su especialidad son los deportes, hasta hace poco conducía el programa 100% Foot en la cadena M6, ahora está a cargo de 100% Mag, y tiene dos hijos con Domenech, el mayor de ellos nació, hace cuatro años, el mismo día en que el técnico asumió la dirección de los Bleues.
Han pasado 48 horas, y Estelle no dice ni pío. En cambio, la prensa oscila entre la cachita y la suspicacia: lo dijo para salir del paso? lo tenía planeado? si le ganaban a los italianos, hubiera hecho lo mismo? El hecho es que al desviar la atención mediática de su humillación pública a sus sueños personales, Domenech ha puesto la pelota en la cancha de su novia. Todas las miradas ahora apuntan a ella. Ojalá que no sea un autogol.