mercredi 12 mars 2008

Soplará y resoplará

La lluvia no jode tanto, la nieve tampoco. Con un buen paraguas y zapatos de suela antideslizante puedes salir tranquila. El problema es el viento. El viento cambia la dirección de la lluvia, la vuelve violenta, entrometida e insoportable. Y no importa si dejó de nevar hace horas, al menor soplido de viento las ramas de los árboles se sacudirán dejando caer sobre tu desprevenida cabeza toda la nieve que tenían acumulada.
Estamos en plena tormenta, la anunciaron ayer en la Méteo. El bramido de las ráfagas es parecido al de las olas que revientan en la orilla. Sé que no va a ocurrir, pero no puedo dejar de imaginarme que en cualquier momento todos vamos a salir volando. Las puertas se aferran a sus marcos. Las ventanas se sacuden en sus bisagras. Zambie le ladra al aire. No corras, que no es temblor. No te desesperes, que no te vas a ahogar. Es solo el viento, no es para tanto.

8 commentaires:

Anonyme a dit…

completamente de acuerdo solo discrepo es que el viento no es tan inofensivo. Me movilizo 99% en bicicleta y cuando hay tormenta siempre da la sensación que tienes el viento en contra o si vas rápido una ráfaga por un costado te puede tumbar. He aprendido a conocer cuales son los árboles que desprenden ramas delgadas, las avenidad quedan llenas de ramitas y hojas despues de la tormenta. Los árboles que de vez en cuando desprenden una rama, los peligrosos son los que no avisan y se vienen con todo abollando autos o cercos. No se si en la naturaleza son asi de debiles o es que sus raices estan podridas de miles de perros que descargan su vejiga.

En primavera las flores del árbol platanus sueltan unos pelitos que con el viento fuerte te hiere los ojos, por eso tambien evito algunas calles con estos árboles. Por ahora los arboles de las ciudades no tienen hojas, el riesgo que se desprendan en menor, pero cuando estan con pleno follaje solo se puede sentir tranquilo en tu casita.
Juancho

Jen a dit…

Juancho: me refería a que el viento es inofensivo mientras estés dentro de la casa, o a buen recaudo en todo caso. la combinación tormenta y bicicleta debe ser de temer!

Anonyme a dit…

mmm..... los gajes de vivir en un pais diferente siguen siendo motivo de tus divertidos escritos :)

Anonyme a dit…

el Perú no solo es Lima o la desertica costa. En la sierra mucha gente ha muerto alcanzada por los rayos. Estar en medio del bosque tropical amazonico y que de pronto empiece una tormenta produce no solamente miedo, sinó panico, uno tiene que salir a la carretera inmediatamente, los arboles son gigantescos y se mueven como esos munhecos de la inauguracion de los olimpiadas Barcelona 92.

George a dit…

yo si quisiera estar en una tormenta, no sé que tan fuerte pero me gustaría estar en alguna..... digo, aquí en Lima nunca pasa nada.

Anonyme a dit…

hola mi estimada cuy, aguanta...si has tenido el coraje de cruzar el charco para vivir con una persona de la cual no conocias mucho, que es un vientecito digamos...un poquito fuerte, nada chancay de a medio nada mas, suerte,
jose manuel

PasajeraEnTransito a dit…

Si no? imaginate yo que vivo en medio de un bosque y como en una colina asi que tengo las copas de los arboles al nivel de mis ventanas y son arbloes gigantes que cuando hay tormenta se balancean de un lado a otro por suerte, nunca hacia mi casita.
Y ni estar fuera porque vuelas, sbre todo nosotras....

Anonyme a dit…

Y si, esas tormentas, que hacen estremecer ventanales, puertas y que su soplido es interminable y tenebroso jaja...
Yo vivo en un depa en el piso 19, ya te imaginaras como se sentirá el viento, es hasta difícil abrir la puerta principal por la presión de aire que se tiene en el corredor, una locura... a inicios, tenia mucho miedo, pensando que todo se vendría abajo, cosa que no sucede felizmente.
Pero hace dos años, luego de una tormenta fuerte, se vieron árboles arrancados, señales de tránsito dobladas, vitrinas de tiendas hecho añicos, humm "solo un vientecito"??
Creo que no me acostumbrare a las tormentas (ni secas ni con lluvias), solo me queda dejarlo ser... Francia con sus tormentas, Perú con sus temblores...