samedi 28 avril 2007

Citadina por naturaleza







Si alguna vez caen por la casa de mis suegros, no se olviden de llevar zapatillas y buzo. La caminata es una institución familiar que, dependiendo de las condiciones del clima, puede tener lugar hasta tres veces al día, o sea después de cada comida. El trayecto suele variar pero necesariamente el punto de partida es el bosque que se abre al final del jardín de los Hamel y te lleva por una empinada pendiente hasta un campo abierto donde se alternan cultivos de maíz, trigo, arvejitas y otros. Una vez ahí, puedes enrumbar hacia "les chevaux", un establo de caballos que hace las delicias de mis sobrinas, les champignons (un point particularmente prolífico en época de champignones), "les rénards", un refugio de zorros, o "les dinos", que fue el lugar de juego de mi esposo y sus hermanos hasta que hace unos anhos se descubrieron ahí huellas de dinosaurios.
Y como estamos en abril pero parece junio -el Sol revienta a las siete de la manhana y no se oculta hasta casi las nueve de la noche-, nos hemos hecho acreedores al tour completo. Empezamos por los champignones, casi sin esperanza de encontrar algo porque hace muchos días que no llueve. De todas maneras, nada impide adentrarse en el segundo bosque, después de los terrenos de cultivo, para constatar los descalabros del cambio climático: hay flores de verano por todas partes y los árboles y los arbustos están prenhados de frutos a punto de marchitarse si no reciben un poco de lluvia. Por supuesto, yo no soy precisamente la primera en percibir estas senhales meteorológicas. De hecho, me cuesta trabajo seguir las reflexiones que mis nuevos parientes comparten a cada paso, por ejemplo: "los pájaros no dejaron de cantar este invierno" (léase: como la temperatura nunca bajó lo suficiente, las aves no necesitaron irse a buscar alimento por otros lados) o "solo hemos recogido nueces chiquitas" (el clima demasiado templado las hizo madurar antes de alcanzar su tamanho normal).
A diferencia de ellos, que se pasean por el bosque para relajarse, yo me pongo en guardia cada vez que entramos a la zona donde no pasan los rayos del sol. Como ente urbano que aún soy, estoy acostumbrada a caminar mirando hacia arriba, como quien busca el nombre de una calle o una referencia conocida. En consecuencia, me pesco todos los huecos, me tropiezo con cada tronco torcido y me pierdo todos los rastros de vida salvaje: los montículos de tierra que dejan los topos al cavar sus guaridas; los cúmulos de hojas y paja que indican que un ciervo ha pasado la noche en el lugar y, por supuesto, los muy variados excrementos de las diferentes especies. Por suerte, las madrigueras de los zorros no son tan caletas: hacen huecos profundos, con salidas impensables y ramificaciones dignas de un ingeniero. Lo sé porque he metido la pata en varios, y porque a los perros les encanta olisquearlos con la ilusa expectativa de encontrar algo o alguien.
Al salir del bosque, debidamente magullada, tengo que acelerar el paso para alcanzar al resto, que generalmente ha llegado hace rato a una zona protegida con cinta roja y una senhal de "prohibido pasar". Probablemente la advertencia significa algo para cualquier caminante desprevenido que se dé una vuelta por este rincón de Courtedoux, pero para los Hamel apenas es un adorno. A pocos metros de acá nacio mi suegro, unos metros más allá construyó la casa donde aún hoy vive, aquí descubrió Magtán su afición por colecciomar fósiles marinos -sí, hace millones de anhos había mar en Suiza- y fue en los alrededores que él y mi cunhado adquirieron esa pasión por la naturaleza que los llevó a estudiar Geología y Biología. Esta es su chacra si quieren. Los invasores son los equipos de excavación que llegaron hace unos siete anhos para iniciar los trabajos de la carretera transjurasienne, la misma que se ha visto reitradamente modificada y postergada debido a los hallazgos prehistóricos.
Mi suegro encuentra especial placer en mostrarnos las nuevas huellas, todas minuciosamente protegidas y marcadas por los especialistas que se aduenhan de su bosque durante la semana. Una pisada de dinosaurio puede ser decepcionante si te esperas algo parecido a lo que has visto en las películas. Un desnivel ovoidal es una huella de dinosaurio. Un trazo irregular en el suelo es una huella de dinosaurio. Un conjunto de huequitos bajo tus pies es una huella de dinosaurio. Además de las huellas, hay conchitas o caracolitos fosilizados en los resquicios de las piedras, pero los más bonitos -aseguran ellos- son los que solían encontrar cuando nadie les ponía cercos en su tierra.
Hace dos días ha nacido un potrillo en el establo, que no pertenece a la familia pero da lo mismo porque acá todos se conocen y las puertas cerradas son casi una afrenta. Cuando llegamos a visitarlo, su todavía convalesciente mamá ni se inmuta de tan acostumbrada que está a la companhía humana. El resto de caballos ídem. El bebé descansa sobre la paja sin dignarse a hacer el menor esfuerzo para pararse sobre sus enclenques patas. Nadie parece especialmente perturbado por el potente hedor del lugar, ni por las moscas ni por el inminente riesgo de una coz. Solo yo me la pienso dos veces antes de acercarme, estiro el brazo cuan largo es y alejo el cuerpo lo más posible para apenas rozar con mis dedos la frente de los caballos, y en ese trance no puedo dejar de sentir que me miran con cierto desdén, "carinha bonito oye" parece que me dijeran. Las ninhas los llaman por su nombre, los abrazan, se dejan besar.
De regreso a casa, todos hacen un repentino silencio al llegar al jardín. Un geai -un pájaro de alas azules al que también llaman "el perro del bosque" porque pega de gritos para alertar a su clan cuando detecta la presencia del enemigo- ha venido a tomar agua casi hasta la puerta. "Debe tener mucha sed para haberse acercado tanto", léase: "hace demasiado calor para esta época del anho, la tierra está muy seca y no hay frutos ni agua en el bosque". Luego se acerca un cuervo, el enemigo declarado de los árboles frutales de mi suegra, pero nadie lo hará volar hoy porque mientras no haya lluvia habrá tregua para todo el mundo.
Magtán sabe que mis reflexiones climáticas se resumen a "el calor es paja" y "el frío es horrible", por eso no puede evitar un gesto de sorpresa cuando me escucha comentar muy seriamente: Ojalá que llueva. Es que no sé, tanta vida cerca de casa, dan ganas de ponerse verde aunque sea por un fin de semana.

En las fotos, de ariba pa'bajo: El primer bosque colinda con la casa de mis suegros (la pueden ver a mis espaldas)/ El potrillo suizo /Una huella de dinosaurio, lo juro por la sarita/ "Apúgate amog" es la consigna de Magtán cada vez que entramos al segundo bosque, el más grande, frondoso y lleno de obstáculos para esta servidora /Entrada a una madriguera de zorro en la que Zambi, como de costumbre, se enterró hasta el hocico por las puras.

mercredi 25 avril 2007

Gracias Manu


He estado hecha un locón estos días porque se acercaba mi pre-evaluación del curso de profesores de idiomas. Tenía que preparar una "minile¢on", una milección o sea, de 15 minutos, con material didáctico, ejercicios, y todo. Parece fácil pero na que ver. Primero porque es bien poquito tiempo, y segundo porque luego el resto de alumnos debe evaluar tu presentación y no se imaginan lo duros que pueden ser. Esta última quizá sea una percepción personal o se deba a mi carácter latino, pero estas personas se me hacen como muy directas, no te ponen anestesia para nada.
Además, yo debía lidiar con una de las particularidades de este curso que me ha resultado especialmente problemática: si bien no todos piensan ensenhar el mismo idioma, el programa está orientado a prepararte para ensenhar alguna de las lenguas locales -francés, italiano, suizoalemán o incluso romanshc- en las circunstancias que actualmente enfrentan la mayoría de profesores de idiomas por acá. O sea, alguien que vive en Suiza y quiere aprender una lengua oficial del país generalmente es emigrante, está desempleado y/o se ha inscrito en el programa de "chômage" (desempleo") que te ofrece posibilidades de chamba pero te exige seguir un curso para aprender un idioma local (suele ser gratuito).
Las chicas que ya ensenhan y que están en mi curso para obtener una certificación suelen contar que muchas veces estas personas no saben leer ni escribir, o conocen un alfabeto diferente al nuestro (los rusos o los árabes, por ejemplo). Eso sin mencionar, los conflictos raciales y religiosos que puedes enfrentar en plena clase si tienes a un musulmán al costado de un católico (suele ocurrir con migrantes de la ex yugoslavia) o de alguien cuya cultura tiene en muy baja estima a las mujeres y no acepta que una mujer sea su profesora. Por eso, ellos tienen que partir de conceptos sumamente básicos al momento de ensenhar la lengua, además de andarse con pinzas sobre los temas propuestos para discutir en clase, por supuesto.
En cambio, si finalmente yo logro ensenhar espanhol a alguien apunto más a un estudiantes que va a viajar a Latinoamérica para seguir una especialización o hacer trabajo de campo, o un profesional que hará lo propio por trabajo. De hecho, hay variantes en ese espectro pero nada tan dramático como lo de mis companheros.
Para mí, esta fue una desventaja porque me ha costado mucho participar en los trabajos de grupo y colocarme en el nivel menos cero que ellos deben asumir. Como profesora de espanhol, yo me veo aprovechando algunos referentes comunes -música, comida, ciertos conocimientos de historia- para canalizar el interés de las personas hacia contenidos estrictamente lingüísticos.
La cosa es que el sábado pasado era mi "pre-evaluación". Una semana después venía la firme.
Yo no pensaba dar una miniclase de espanhol para analfabetos, porque no me siento capaz de hacerlo pero también porque como ya dije no creo que ese sea mi target. Pero no sabía qué pedazo de idioma escoger para tratar de ensenhárselos en un cuarto de hora.
En esas estaba cuando volví a escuchar Me gustas tú, de Manu Chao, y dije eso tengo que hacer: que aprendan a decir me gusta o no me gusta, y punto. Me puse a recortar figuritas de las revistas, tratando que el vocabulario nuevo no fuera tan complicado como para que se distraigan de la lección en sí: el chocolate, los perros, los gatos, Shakira, dormir, fumar, etc. Nada cuyo significado requiriera mucho esfuerzo de explicación (porque además solo puedes dictar la lección en el idioma meta -en mi caso el espanhol- ni una palabra en la lengua común, en este caso el francés).
Cuando creía tener todo listo me di cuenta que el CD que había en casa no incluía la canción Me gustas tú (yo la había escuchado en la radio), así que tuve que comprarme el disco. Además, sometí al pobre Magtán a varios ensayos en los que él fue sucesivamente un alumno al que le gustaba fumar pero quería decir "me gusta el cigarro" y no le salía la "erre", uno que no conocía a Antonio Banderas, otro que no entendía por qué se dice "Me gustas tú" y "me gusta dormir", etc. Ah, y me conseguí un reproductor de CD porque de pronto me asaltó el miedo de que el equipo de sonido del aula no funcionara, y así horriblemente neura.
Bueno, me fue muy bien en la evaluación. Apenas puse el CD (el equipo funcionaba), mi cuerpo se empezó a mover solito, nada exagerado, solo caderita pa'cá, caderita pa'llá; y ya tenía a la gente sonriendo. Todos fueron muy colaboradores, y aplicaron sin ninguna mezquindad los conocimientos que ya tenían sobre el espanhol (un francoparlante no es un debutante puro cuando aprende italiano, espanhol o portugés).
Mi mayor dificultad, y no es poca cosa, es que hablo muy rápidpo. Es alucinante porque una de las chicas me pidió hasta tres veces que hablara más despacio, y a los pocos segundos ya volvía con mi ritmo de metralleta. De hecho, me va a ser difícil controlar eso. Además, mi pizarra es muy desordenada y mi letra no se entiende bien. Pero he sido exonerada de la evaluación final!!
No saben el alivio. Estaba aterrada de darme cuenta que soy una nulidad en este asunto, y que solo servía realmente para llevar con buen humor y serenidad los cierres de la revista. Esto no significa que seré una buena profesora, pero de verdad ya necesitaba un reconocimiento, una gratificación, luego de tanto tiempo -en fin, no tanto, pero igual- de ser solo la esposa de mi marido.
Al terminar mi minilección, la profesora dijo algo que me llamó la atención, refiriéndose a mi actitud (tratar de hacerlos reír, cantarles pedacitos de la canción, etc.): "Se dan cuenta que un profesor de alemán se vería ridículo si hiciera eso durante la clase?". Y aunque no he estudiado alemán, me pareció que sí pues. Se supone que al estar ahí delante, yo no solo ensenhaba espanhol sino también transmitía un poco de "mi cultura". No estoy tan de acuerdo con su conclusión -que por eso es importante ensenhar tu lengua materna y no un idioma que has aprendido- pero me parece interesante tenerlo en cuenta.
La cosa es que he vuelto a dormir bien e incluso pude escuchar nuevamente el disco de Manu Chao sin sentir mariposas en el estómago. Yo que pensé que alejarme del mundanal ruido me iba a ayudar a gestionar mi estrés con más serenidad. Ya me lo dijo mi hermana, neurótica es neurótica en Lima o en la campinha helvética. Así será pues, pero ahora estoy casi de vacaciones. Qué rico.

De cal y de arena

He pasado casi cinco meses en Suiza y hasta ayer me parecía que el Perú no existía para los medios de este país. No, mi cable no tiene CNN, así que de no ser por las páginas web peruanas yo estaría en la lleca sobre la actualidad nacional. De hecho, reconozco que durante los últimos desbordes en la sierra, pasaron alguna noticia en la tele, pero yo no la pesqué y más bien tuve que tranquilizar a mi cunhada que pensaba que la casa de mis viejos estaba inundada de barro y piedras y había que evacuarlos al toque.
Pero, de pronto ayer, dos menciones al Perú así de sopetón. Empecemos por la mala noticia. Un peruano de 21 anhos intentó violar a una americana de 19 en Ginebra. Fue detenido con evidentes signos de ebriedad y le dijo a los policías que no sabía por qué hizo lo que hizo. Ha quedado en custodia hasta nuevo aviso. Era solo un recuadrito, sin nombres ni nada, porque acá ni siquiera ponen tus iniciales mientras no haya una sentencia o seas declarado oficialmente culpable. Desconozco el tenor de la ley en este sentido, pero por ahí va la cosa. Eso sí, tu nacionalidad aparece bien clarita. De hecho, un proyecto legislativo de la derecha local propone inclusive especificar si eres "naturalizado", o sea no importa si has obtenido la nacionalidad suiza, si vienes de otro país habrá que mencionarlo. Esto tiene que ver con el aumento de los índices de violencia que, según algunos políticos, está relacionado a la creciente presencia de refugiados o ilegales provenientes de la zona Balcánica. Aquí le llaman "youyou" a cualquiera que venga de Europa del Este, y no les tienen mucha simpatía porque los identifican con conductas violentas, malos tratos a la mujer y poca voluntad de integrarse. En general, no hay quejas sobre los latinos, que tampoco somos muchos.
Luego, estaba viendo el programa Planète Pub, que presenta los spots publicitarios más pajas de todo el mundo, y era una emisión dedicada a comerciales para juegos de azar. De pronto , zas, "Pérou", y al toque un perrito que escarba en un jardín hasta que sale un chorro de petróleo lo embarra todito: " If you don't have a dog, you'd better play La Tinka" (http://www.youtube.com/watch?v=4Y_gFfGOOBI). No indicaban la agencia que lo realizó -o no llegué a leerlo- pero si alguien sabe quién fue, pues le pueden pasar la voz.
Nada de chauvinismos ni de generalizaciones abusivas, solo quería contarles porque de verdad no es común escuchar hablar ni mal ni bien del país de una por acá.

dimanche 15 avril 2007

Un día casi playero


El lago Léman es el más grande de Suiza, al punto que sus aguas no solo banhan dos cantones (Ginebra y Vaud) sino también parte de territorio francés. Claro que eso no significa mucho teniendo en cuenta que la frontera francesa está a dos horas en auto, pero en fin. Dentro del cantón de Vaud, la ciudad de Lausanne (Lausana para los amigos) cuenta con una extensa y muy concurrida "playa" gracias a este lago. Cero olas por supuesto, pero ese no es ningún inconveniente para alguien que prefiere el Mar Mediterráneo al Océano Pacífico (que no sé de dónde le pusieron el nombre, porque a mí me ha revolcado sin medida ni clemencia) y que básicamente bajaba a la Pampilla y a Makaha para leer periódicos y narcotizarse bajo el sol antes que para darse un chapuzón. En resumen, el lago me viene bien. Hay una especie de arena blanca y hartos árboles que dan buena sombra, falta no más el olorcito a mar salado, el vendedor de helados Glacial (uno de mango por favor) y el cebichito subiendo a Barranco.
Aunque por acá todavía estamos en primavera, ayer tuvimos nuestro primer día de "lago" con parrillada, chibolos jugueteando por todos lados y amigos multiculturales. Y a juzgar por esa apacible tarde de sábado, mi verano se anuncia aceptable.
Una de las cosas que me perturbaba de venirme a vivir a Suiza era la lejanía del mar, es decir la ausencia de mar en el país y la necesidad de viajar varias horas para ir a un sitio donde yo solía llegar en quince minutos a pie, o sea la playa. Yo, que siempre preferí nadar en piscina que en mar abierto; que me acostumbré a la playa de piedras porque la arena me ponía de mal humor; que solo me metía al agua cuando la temperatura ambiental superaba los treinta grados y si y solo sí no había ninguna ola en el horizonte. O sea, incluso podría haberme sentido feliz de alejarme del mar por un rato. Pero no pues. Quizá no soy una fanática tradicional del mar, una amante del riesgo y la aventura con la piel curtida por el sol, pero le tengo carinho a mi manera. Si no, hubiera podido broncarme en la azotea de mi casa no más.
El lago nunca será lo mismo, of course. Pero está bien por el momento. No se olviden que como me vine en diciembre, me perdí el verano limenho. Primera vez que no marmoteo cada sábado frente al Waikiki leyendo mi Somos para encontrarle los errores y arruinarme el fin de semana. Primera vez también que mi verano (falta casi nada para junio!!!) tendrá por escenario un lago donde se puede hacer topless (alguien necesitaba buenas razones para venir a visitarme?). Aleluya, el Sol sale para todos.

jeudi 12 avril 2007

Volver, volver

Debí haber esperado un tiempito más para reunirme con mi familia, pero siempre me pasa que sobreestimo mi fortaleza emocional. Ta mare. No me había dado cuenta cuánto los extranhaba, y casi me había olvidado qué paja es estar con gente que te manya, que te acepta y que te quiere no más. Era una princesa y no me había dado cuenta. En fin, por lo menos ya descubrí algo más sobre mi misma: soy una chica muy sensible.
Qué rico haber pasado tantos días hablando espanhol, con jergas, lisuras y dobles sentidos. Nunca logré practicar mi inglés porque hasta en Washington DC ahora hay latinos en como cancha. y mi francés se fue al diablo en solo dos semanas.
Tengo Jet lag por todos lados.

mardi 3 avril 2007

Peruvian chicken, NY




Si me hubiera propuesto llegar, seguro que no la hacia. Entre Christopher y la tercera, rodeado de restaurantes de todas las nacionalidades, el Pardo's Chicken de Nueva York no es tan visible como sus similares limenhos, ni esta impregnado del olor caracteristico de la grasita que se disuelve en el fogon, ni tiene mesas repletas de oficinistas cantando happy birthday. Pero tiene pollo a la brasa, papas fritas, ajicito amarillo mezclado con la dosis perfecta de mayonesa, inca kola en lata y, yes, choclo con granos grandes, tiernos y sabrosos.


Nos tropezamos con el Pardo's, y apuntamos las coordenadas para volver a almorzar luego de darle una mirada al ground zero. Al regreso nos pasamos una estacion -porque tomamos la linea express, que no para en Christopher (me sobra una hache de todas maneras creo)- y casi tiramos la toalla porque un viento helado nos pellizcaba los cachetes y las manos, pero al final -luego de cuatro meses de regimen a base de raclette- almorce un cuarto de pollo parte pecho, con ensalada, porcion de choclito, yuquitas, tacutaquitos (notables) y unos platanitos fritos que bien podrian sacar de la carta porque la receta definitivamente no es autoctona (creo que los pasan por maicena o harina, na que ver). ah, tambien hay un chaufa de pollo a la brasa que no llegue a probar porque ya no tenia sitio en la panza, pero se veia buenazo en la foto (ya lo han incluido en la carta de lima?).


asi que la nostalgia gastronomica se colo en mi agenda y causo no pocos estragos en mi ya precario estado de animo, pero no me arrepiento. de hecho, se lo recomiendo.