samedi 30 décembre 2006

Manden fruta


Carrefour de Avry-centre, sección de productos exóticos, entre la pinha enana de Costa Rica y el melon (sí, sin acento) cantaloupe de Marruecos. "Mangue", dice el letrerito y hace bien en decirlo porque de lo contrario me hubiera pasado de largo ante esta fruta verde, sin mayor encanto, que más parece una palta cosechada antes de tiempo o algún dudoso producto típico africano. Manya, mangos.
Gracias a la rigurosa reglamentación comercial suiza, también me entero ipso facto de la procedencia de la fruta (y de la de cualquier otra mercancía que se ofrezca en cualquier supermarché): Pérou. Manya, Perú. Fotito? ya pues, un toque no más, no seas mala gracia, para el blog, pero que se vea el letrerito ... creo que tienes que irte un poco más atrás, ay que renegón te has vuelto, mejor en vertical no? pero tambien hazte una horizontal para estar seguros. Excuse moi, madame, desolée monsieur.
Voilá, en uno de los días más concurridos del anho, en uno de los supermercador más grandes de Europa, los mangos peruanos se vendían como pan caliente. No compré, porque la semana anterior, de puro patriota ya había comprado unos espárragos, peruanos of course, que se pudrieron en casa y nos salieron carísimos, solo que no tomé foto. Además estaban verdes los mangos. Bah, que se los coman los gringos. Con ustedes, feliz anho 2007 y, por si no pescaron la indirecta, manden fruta.

P.D. El mariachi corrige: no es Carrefour de Avry-centre sino de Villars-sur-Glâne, y que bonne année para tutilimundi

Peligro, ovulando



Le digo a magtán que ya estuvo bueno, que apenas pasen los feriados pido una cita para que me saquen los ovarios. "T'enlever les ovaires?", me repregunta en francés con la esperanza de haber entendido mal lo que le grunhí en espanhol y tratando con todas sus fuerzas de no mostrar el menor fastidio. Exactamente, estoy harta de esta huevada cada mes. Imagino lo que está pensando, además por supuesto de lamentar la hora en que se inscribió en esa página de internet para conocer chicas: Y los hijitos?
Estoy esperando que me lo diga, que se atreva no más a salirme con eso ahorita que sin haber concebido bebé alguno tengo la panza hinchada, como si llevara gemelos. Mientras se dirige al banho, voy macerando unos 19 argumentos para demostrarle lo egoísta que es al pretender imponerme sus suenhos de paternidad. Claro, como él no va a salir embarazado ni tampoco tiene que padecer la furia de sus hormonas cada 28 días, qué le va a importar mi calvario mensual. Ja, y luego quién se va a quedar con el cuerpo deforme, toda llena de estrías y chisgueteando leche. Estoy en guardia, tengo sed de sangre, valga la desagradable figura retórica.
Magtán regresa del banho con un vaso de agua en una mano y un analgésico-desinflamante en la otra. Bien jugado, chochera. Vamos por buen camino.

mercredi 27 décembre 2006

Pues, mode d'emploi (para PdR)



Magtán aprende rápido el espanhol. De hecho no es un principiante total, como dicen los profesores de idiomas, porque hace algunos anhos pasó tres semanas de inmersión lingüística en Cusco. Además habla muy bien italiano, aunque a veces eso es un estorbo para su espanhol: tiende a pensar que todas las palabras italianas son espanholizables (el “Ciao”, por ejemplo, lo usaba en Lima para decir hola) o que se entienden imediatamente en espanhol (cuando dice “brutto” piensa que yo entiendo “feo”, o si me pregunta "qué voi hacer?" yo entiendo que me está preguntando qué va a hacer él, cuando en realidad él quiere decir: "qué quieres hacer?") [estoy escribiendo fonéticamente el italiano, porque desconozco mayormente].

Yo le hablo casi todo el día en espanhol, incluso si luego tengo que traducir al francés. El problema es que básicamente aprende la primera y la tercera persona: a veces me pregunta “ya te cansé?” pero quiere decir “ya te cansaste?”. Pero a mí me vacila seguir su proceso de aprendizaje, la manera en que va infiriendo sus propias reglas, por ensayo y error, solo a fuerza de escucharme. De hecho, es capaz de entender casi todo, aunque no conozca el significado de todas las palabras, pesca el sentido por deducción.

De su ex, aprendió a decir miércoles en lugar de mierda, y Dios mío. Yo tengo un poco de cuidado para no acostumbrarlo a usar expresiones con marca femenina como “qué barbaridad” o “regio”, pero no he podido evitar que se le pegue el “qué lindo”. Su proceso también me sirve para analizar mi “idiolecto”, o la manera en que yo uso el idioma. A mi pesar, aprendió a decir “coquillas”, en lugar de “cosquillas”, porque evidentemente yo pronuncio “cogquillas” como impenitente limenha (y para él la "g" al costado de una "k" seguida por vocal, ya es too much, así que simplifica anulando la "g"). Ahora presto más atención cuando uso esa palabra, pero temo que algo parecido ocurrirá con “mogca” y “egquina”.

En general, no he tenido mayores complicaciones para explicarle el sentido de las palabras y las expresiones cotidianas. Solamente no consigo hasta ahora aclararle el uso del “pues”. De hecho, me doy cuenta que ni siquiera yo lo tengo claro. Cuándo decimos pues los peruanos? Pues, casi cuando nos da la gana y no nos equivocamos, pero él, pues no le achunta. A veces le digo “apúrate pues”, y él me responde “qué pesada eres, pues”, y así por el estilo.

El tema fue materia de discusión hace unos días, pues la visita de mi hermana fue propicia para una avalancha de pueses. Mi cuhnado se sumó al cargamontón porque pese a que vive con Fiorella hace dos anhos, todavía no le agarra el feeling. He estado tentada a buscar alguna explicación más formal en los servicios gramaticales on line, pero todavía prefiero esperar para ver cómo funcionan los mecanismos innatos de la lengua. Ya quisiera Chomsky tener un laboratorio de ensayo como este.



(la imagen pertenece al sitio web www.nogales.edu.co)

Zambi


Nació en 1995, en Como, Italia (George Clooney tiene una casa ahí). Su duenha -una suiza-peruana, o viceversa- lo llevó de vacaciones a Lima, y luego ambos volvieron a Europa, para instalarse en la zona del Tessin, la suiza italiana. Después, se mudaron a Laussane, para vivir con Magtán, mi marido y por entonces novio de la por entonces duenha de Zambi. El romance duró poco menos de un aho, durante el cual ella iba y venía, entre Estados Unidos, Suiza y Perú.
Cuando se separaron, Magtán se quedó casi medio anho con el perro, mientras ella encontraba algún sitio donde vivir y organizaba su vida. Sin embargo, un par de meses después de habérselo llevado nuevamente al Tessin, lo llamó para contarle que estaba a punto de "mandarlo a dormir": el animal era un guinhapo, apenas pesaba tres kilos, y pasaba horas mirando al cielo, sin reaccionar ante nada. Magtán era su último recurso para salvarle la vida, y ella quería saber si él estaba dispuesto a hacer la prueba. Horas después, los tres se reencontraron en la estación de Fribourg. Casi no se reconocieron, tanto habían cambiado en ese tiempo. Ambos -el perro y su nuevo duenho- habían perdido pelo, pero en diferentes partes del cuerpo.
Hace dos anhos de eso. Hoy Zambi pesa entre siete u ocho kilos, según la estación del anho: en invierno se rehúsa a salir, pero el resto del anho es el primero en subirse al auto para pasear en el bosque. Aún se le puede distinguir algunos huecos en el pelaje, pero eso ya es parte de su encanto. Entiende órdenes en italiano y en espanhol, aunque yo estoy segura de que también entiende francés y se hace el sueco. Me gusta decirle "al tuo posto, zambi", cuando quiero que me haga sitio en la cama. O "vai dietro", para que se pase al asiento trasero del carro. Y a él le encanta que le digan "grazie zambi, sei bravo" cuando se porta bien. De todas maneras, a mí no me obedece mucho que digamos. Ninguno de los animales que he criado me ha tenido mayor respeto. Pero al menos este me defiende, al punto de haber desfigurado a su maître cuando jugábamos un poco toscamente.
Magtán dice que nos parecemos, Zambi y yo. De hecho, sospecha que hemos fundado "la secte des frisés" (la secta de los crespos) para derrocarlo del gobierno de esta casa. En todo caso, algo de razón tiene el senhor Hamel: a los dos nos gusta comer en la cama, no nos da la gana de salir cuando hace frío y somos de temer cuando nos molestamos.
Desde que conocí a Magtán, le dije que tenía un perro de gay, con nombre regay encima. Y él me respondía que sí pues, pero que le importaba un pepino. Ahora dice que yo soy la duenha. A veces creo que Zambi también piensa lo mismo, sobre todo cuando él le dice "dove e la mamma Zambi, busca la mamma, vai vedere", y el perro salta sobre mis faldas y me hace sentir en la cara toda la potencia de su pestífero aliento de caniche.

lundi 25 décembre 2006

Mlle Llanos/Mme Hamel


La boda transcurrió con toda normalidad, qué esperaban. Eso sí, en francés y en un castillo. Me puse varias cosas nuevas –incluyendo aretes de Pestana Bijoux- y un calzón bien trajinado, pero nada azul ni prestado. Tampoco hubo lluvia de arroz. La tradición –suiza, europea, francófona, no terminé de averiguar- es que a la salida de la ceremonia, los invitados les lancen caramelos a los transeúntes, gritando «vivent les mariés!!!» -algo como «que vivan los novios!!!»-, solo que entre el frío reinante (aunque aquí se suele decir «mariage pluvieux, mariage heureux» -«matrimonio lluvioso, matrimonio dichoso»-, la próxima vez que me case será en verano, austral o boreal, pero verano) y la escasa población de los alrededores, no había nadie a quien tirarle nada. Gracias a una simpática ocurrencia de la testigo de la novia, o sea mi hermana, las municiones golosinarias fueron dirigidas contra la feliz pareja (ndr: un toffee duele más que un marshmellow, pero nunca tanto como un chupetín).

No lloré, pero casi (cuando la funcionaria leía los deberes de los cónyuges). Fiorella sí, unas lagrimitas muy dignas y discretas, por suerte. Todo sin mayor novedad, hasta que la senhorita que nos casó me pidió que me acercara a firmar el acta con mi «nouveau nom» (nuevo nombre). Me agarró fría. «Nouveau nom???», repetí sin tener en cuenta que el salón medieval este –era el sitio donde hacían vigilia las tropas antes de salir a los combates- tiene una acústica que ya quisiera el centro de convenciones del María Angola. Grandes risotadas del respetable, particularmente de la familia de la novia, o sea, nuevamente, Fiorella.

Así que entré al castillo de Romont como mademoiselle Llanos y salí convertida en madame Hamel, con nueva firma y todo. Por un lado, creo que Jennifer Hamel suena más coherente que Jennifer Llanos (que siempre me ha parecido la versión femenina de Peter Quispe); pero también sospecho que la contradicción entre el nombre y su portadora es aun más fuerte. O sea, cuando te hablan de una Jennifer, te imaginas a una gringa californiana, pero el Llanos como que amortigua el shock. Ahora, cuando digan «yenifeg amel», te imaginarás a una gringa –de dónde?- y voy a aparecer yo, sin mayores explicaciones. La cosa es que en mi nuevo barrio, Llanos es muy complicado de pronunciar –algunos dicen «lanós», otros «ianós»-.

Para rematar el asunto nominal, Magtán se tomó la atribución de preguntarme cómo voy a firmar mis artículos a partir de ahora. «Igualito no más», le respondí en espanhol castizo. Habrase visto.

P.D: La causa de Fiorella, o sea mi testigo y mi hermana -por si algún advenedizo lee este post-, estuvo buenaza. Un poco paliducha no más, porque papa amarilla no abunda en estas lejanías.

mardi 19 décembre 2006

arbolito de navidad reloaded



Que conste que intenté. Pero un arbolito de verdad no es lo mismo que uno artificial. Las ramas se doblan al menor peso, y las hojitas raspan. Así que don mil oficios se abocó a la tarea, con bastante eficacia como podrán comprobar. Feliz navidad pues. O joyeux noel como dicen por acá.

Especial de bodas

A Magtán y a mí nos encantaba nuestra falta de interés en el proceso matrimonial, especialmente en la ceremonia. Nos daba lo mismo casarnos o no, con tal de pasar un tiempo juntos. Ibamos a ir al registro civil para firmar y retomaríamos nuestras vidas, como si nada.
Cuando su hermana dijo que nos haría una comida postnupcial, pensé que pues sí, por qué no, siempre viene bien estrechar lazos con la familia política, sobre todo cuando se trata de la única familia que tienes en cientos de kilómetros a la redonda.
Luego mi hermana anunció que había decidido venir al evento, y que lo haría en companhía de su marido y su hijo. Magtán le vantó un poco las cejas pero, en fin, en algún momento tenía que conocer a su cunhada.
Sin embargo, esto se parece cada vez más a una boda. Las sobrinitas de mi futuro esposo ya tienen cita en la peluquería, y el fin de semana tuvimos que ir al frigorífico para comprar la carne de la dichosa comida que nos ofrecerá mi cunhada. Ella insistió, muy amablemente, en que yo vaya, porque "no es mi matrimonio, y no quiero imponerles mis gustos culinarios". Hubiera tenido que responderle que mejor nos fuéramos todos a un macdonald y que basta de hipocresías, pero me faltaron agallas. En cambio, intenté explicarle que no tengo ni la menor idea de qué escoger en un frigorífico, que no encuentro razones para ir a meterme a un lugar donde la temperatura es inferior a la que ya padecemos normalmente y que por último ni siquiera tengo gustos culinarios; pero la lengua extranjera me traicionó. Simplemente, acepté. Igualito no más como acepté la cita, con mi cunhada también, para comprar "los objetos de decoración" y la exhortación masiva a mandar a hacer el pastel de boda ipso facto, que cómo que no iba a haber torta, que ya bien malaspectoso era que no tuviéramos aros para intercambiar, qué va a pensar tu mamá cuando le mandes tus fotos, sin torta, sin anillos, sin bouquet!
Así que tendremos un gateau St. Honoré (es con bastante crema, un clásico para estas ocasiones, según Magtán). Desconozco el resto del menú pese a que aparentemente ayudé a escoger los insumos. Fiorella preparará causa, faltaba más.

lundi 18 décembre 2006

Yo


Duermo mucho y hago poco. De vez en cuando me acerco a la cocina, los resultados vienen siendo prometedores. Ayer, previa llamada de consulta a mi mamá, hice un lomo saltado. No sé si será la nostalgia, la depre o el hambre, pero me salió buenazo. Además lavo los platos después del almuerzo. Él no entiende por qué no uso el lavador de platos. Yo tampoco, en realidad. Pero es que son cinco trastes, y es rico sentir el agua caliente. Fuera de eso, leo revistas todo el día, especialmente las que tienen recetas de cocina.
Trato de dormir al mismo tiempo que él pero no siempre lo consigo. Por suerte no le molesta la luz, ni el ruido, ni los terremotos creo. En la madrugada, cuando él se levanta, abro un ojo para desearle bonne journée y sigo durmiendo de largo hasta las diez de la manhana. Me visto y saco al perro a mear. Generalmente es un toquecito porque para esa hora el pobre ya está por reventar.
Él tampoco entiende por qué me cambio de ropa todos los días. Por qué no vivo en buzo o en pijama. He tratado de explicarle sin ningún éxito que los buzos son una amenaza pública, que como nunca te ajustan, un día te despiertas rodando y todo eso. Él se ríe y me deja ser.
Yo sigo esperando la nieve. Cuando pase el invierno debo tener una idea más clara de lo que voy a hacer y a ser.

samedi 16 décembre 2006

E.R.




Mi novio sangra. Es apenas mediodía de un sábado ue promete relax, y él sangra. El poodle blanco de once anhos y siete kilos que Magtán heredó de su ex acaba de hacerle una profunda herida entre la nariz y el labio superior. Sangra mucho. Y yo no atino. A dónde ir en medio de la campinha suiza, sin licencia de conducir? No he visto una sola farmacia en los últimos diez días. Pero sí un hospital: a veinte minutos en auto, por carretera. Mientras yo reflexiono sobre estos avatares de la vida en el extranjero, él me ha marcado el número de su hermana. El cunhado vendrá por nosotros.
Magtán entra rápido a la sala de emergencia pero tarda una hora en salir. Me dicen que hemos tenido suerte, todos tienen historias en las que el trance tarda de dos a cinco horas (voilá un rapto nostálgico: qué rápido te atendían en las cínicas). Regresamos a casa con seis puntos de sutura y una pinta bastante original para la boda, dentro de exactamente seis días. Dice que se va a dejar el bigote para disimular.

P.D: El perro no será sacrificado porque la víctima ha reconocido tener parte de culpa.

vendredi 15 décembre 2006

Él

Se despierta a las 5:45 de la manhana, generalmente antes de que suene el despertador. Inmediatamente enciende la cafetera, va al banho y prende la computadora, en ese orden. Me da un beso en la frente antes de salir al trabajo, a eso de las 6:15 am. Al mediodía regresa para almorzar. No es exigente. Basta que haya carne, frita de preferencia. Se la come con pan, con papa, con fideos, lo que sea. Minutos antes de la una de la tarde vuelve a la chamba. Le gusta su trabajo: suele regresar con revistas, libros, tarjetas postales, accesorios para el cabello, en fin chucherías. Alguna vez ha traído una mesa redonda de madera, muy bonita, en perfecto estado; una tostadora de pan -solo había que cambiarle la toma de electricidad- y un par de lámparas. A las cinco y media maximo está nuevamente en casa. A veces se detiene en el camino para comprarme un postre. Le gusta fumarse un cigarrillo mientras se remoja en la tina.
Calienta algo para él y para su perro, comen lo mismo generalmente. Revisa su correo electrónico, sus ventas por internet. Sale a pasear con el perro, solo un ratito si llueve o hace mucho frío, una hora si hay buen tiempo.
A las diez de la noche, ya está listo para dormir.

lundi 11 décembre 2006

camélidos andinos en chavanne sous ...



Llamas?! Hemos reaccionado al mismo tiempo y con la misma incredulidad. Llegamos excitadísimos a casa de mi cunhada con la novedad: "hay llamas en una granja cerca de acá". Ellos ya las han visto, sí, pues, que loco no? Nadie tiene mayor información. Solo saben que no son alpacas: el duenho me dijo que eran llamas, explica la menor de las sobrinas.
Las dos llamas marrones comparten el establo con un caballo, en aparente armonía. Me miran fijamente mientras me acerco para que me tomen una foto junto a ellas. El comentario de rigor: "Han reconocido a la compatriota". Estoy segura de que me van a escupir y ahí se me va a terminar toda mi curiosidad de inmigrante. "Apúrate con la foto".
Es domingo y no parece haber nadie en la granja. La localidad se llama Chavanne sous nosequé, estamos en el cantón de Fribourg.

vendredi 8 décembre 2006

Periodista

Justo en este momento se les ocurre interesarse en mi profesión. Me lo preguntaron en tres, cuatro, cinco, ya ni sé cuantos formularios migratorios entre Lima y Basilea. Periodista, escribí sin dudar la primera vez. Soy periodista ? o Sigo siéndolo? Supongo que sí, aún tengo una columna en la revista más leída del país aunque nadie me lo crea acá.
Antes de salir de Lima, el empleado de migraciones se distrae con la foto de mi pasaporte. He engordado pues, y el senhor dice que no parezco yo. Bueno, qué puedo hacer, le contesto, de pésimo humor. Jennifer Llanos, lee sílaba por sílaba. La del comercio? Sí, respondo con más aplomo, la misma. « De Somos no ?, así que de verdad existía, pensé que era un invento ».
Debería haberme alegrado, y casi lo logra. Pero la realidad es que esa será la última prueba de que existo profesionalmente que recibiré en buen tiempo.
Mi novio me ve dudar con el formulario de Caracas. « Egues peguiodista amog ». Ya no sé, le digo. Una periodista sin plazos de cierre, sin deadlines, sin estrés, sin invitaciones. Qué clase de periodista soy. « Entonces puedes poneg menagere ». Gracioso, ama de casa quiso decir. Le sonrío para no terminar de complicar este largo viaje. Menagere. Su vieja.

arbolito de navidad

Mi futuro suegro me ha traído del bosque un pedazo de pino. Para tu casa, me dice. Me emociona el gesto. Hace unos minutos salió sin anunciar a dónde iba, y se aparece con esta especie de arbusto medio pelado, digo pelado en comparación a los arbolitos de plástico que siempre he comprado en alguno tienda. Como cualquier obra de la naturaleza, las ramas de este pino no son simétricas, ni tupidas, ni perefectamente verdes. Apenas me llega a la cintura mi sapin -pronunciar sapán- de Noel, me da la impresión de que con cinco bolas y un par de angelitos estará rebalsando. Igual me da flojera decorarlo. Nunca he entendido la necesidad de gastar energía en algo que tendrá que desmontarse al cabo de unos días. Pero me alegra verlo en medio de la sala, dentro de una base especial, una suerte de florero ad hoc, que Magtán llenó de agua apenas llegamos. Claro, es de verdad, se puede marchitar. Sería horrible que se me marchite mi primer arbolito de navidad, el primero que he tenido en mi vida -los anteriores eran de mi mamá. No importa si se queda pelado, la cosa es que no se marchite.

jeudi 7 décembre 2006

casi casada

Era el último trámite. Cuestión de nada. Ir a la maison cantonale a firmar nuestra coformidad con el matrimonio y listo. Entrar y salir. Suficiente ya con los seis meses de papeleos que acabamos de pasar. La oficina de nuestro cantón queda en Romont, un pueblito de esos de postal suiza. Casas medievales, calzadas y veredas adoquinadas, mucha madera y, sobre todo, silencio. Al frente de la oficina cantonal hay un castillo, uno de a de veras. No es de los más grandes pero está muy bien conservado, como todo por acá. En uno de los salones del castillo, con paredes de piedra y techos altos, nos casaremos dentro de 15 días. Eso, si la burocracia nos da una tregua. Son las 2.45 pm y en la oficina cantonal no hay un alma. En el umbral del edificio, los focos del hall principal se iluminan a nuestro paso. Veinte segundos después, se apagan. Lo mismo ocurre en todo el trayecto hasta la oficina de estado civil, en el tercer piso. No nos cruzamos con nadie. En el mostrador de atención, dos canastitas reciben al visitante: en una, nueces y mandarinas. En la otra, caramelos y bombones de chocolate. Light o hedonista? Ecológico o alpinchista? Para todos hay en esta dependencia de la confederación helvética.
Una rubia en sus treintantos reconoce a mi novio y nos hace pasar a una sala de espera, que más parece la antesala de una jardín de ninhos. Fotos de felices parejas recién casadas por todas partes. Letreritos de colorinches con frases alentadoras para los enamorados. Folletos sobre cómo tener una saludable vida conyugal, a quién acudir en caso de conflicto, dónde mandar a hacer los partes, la torta y los anillos. Y, bueno, algunos archivadores en los anaqueles.
La funcionaria ha reconocido a mi novio. Significa eso que este pobre hombre le ha reventado los cojones al punto que su dossier dejó de ser uno más? Sé que el trámite en Suiza no ha sido fácil, pero la encargada no le muestra la menor antipatía. Así que, sin intención de restarle méritos a mi futuro marido, sospecho que en realidad viene jmuy poca gente a esta oficina.
La empleada es rubia y tiene ojos azules, faltaba más. Habla con voz de ninha, pero huele a una mezcla de ajo con coliflor, algún tipo de encurtido. Primero creo que es su aliento, que ha comido uno de esos insoportables sánguches rebosantes de pickles. Pero no. Son sus axilas. Martin no lo siente. El también huele así cuando hace alguna actividad física intensa o de pronto, sin previo aviso. A qué les oleré yo en este momento.
El último trámite se convierte en el penúltimo, si tenemos suerte. Los nombres de mis padres están mal escritos y hay que corregir todo el dossier, desde Lima. Le digo a la fragante demoiselle que no es para tanto, que a quién le importa si mi papá no se llama May sino Max, y mi mamá es Diola en lugar de Viola. Mejor hacer todo correctamente, me dice, uno nunca sabe.
Salimos de la oficina cantonal en silencio. Solo las luces automáticas parecen interesadas en nosotros. En el horizonte, la silueta del castillo de Romont se aleja caprichosamente.

mercredi 6 décembre 2006

nunca digas siempre

me gustaría poder llorar. todo sería mas fácil. simplemente llorar, como una condenada, como una criatura, como una loca, como todo el mundo. pero no me sale. ya he aprendido a identificar las situaciones en las que debería llorar. como estos ultimos días por ejemplo. tantos cambios, tantos adioses, tantas emociones. pero no. a falta de lágrimas, buenos son los carbohidratos. tengo tantos kilos de más como emociones reprimidas. en lugar de llorar, tambien refunfunho. exploto. digo cosas hirientes. y él es mi víctima favorita. en realidad, es la única persona que tengo cerca, tampoco es nada personal. me conmueve su paciencia. su capacidad de comprender lo que el llama mi crisis. y sus buenas intenciones.
no he podido dormir ni un minuto en el avión. si solo llorara un poquito, quizá hasta podría disfrutar del inicio de mi nueva vida. él me trae más papel higiénico para sonarme la nariz, por esta alergia psicosomática que tampoco me suelta, y que también se aliviaria con un par de pucheros. "ya va a pasar", me dice. "ahora vamos a estar juntos para siempre". lo ha conseguido. rompo en llanto, un llanto histérico, espantoso. al fin podré dormir un poco.

yo y mi otro yo

ya no tengo trabajo. ni tarjetas de crèdito. ni telèfono celular. ni amigos. ni casa propia. nada esta a mi nombre ahora. no tengo nada. no soy nada? no soy nadie? el dice que tengo un esposo y un perro. pero que soy?, lo torturo. eres mi mujer, responde. lo dejo en paz. ya me enterare quien soy. todavia es muy pronto.