vendredi 12 janvier 2007

Salón de belleza


El primero en enterarse de que este será el anho más caluroso de toda la vida -sí, también aquí- fue el perro. En pleno invierno, con la lengua afuera, sobre todo dentro de la casa. Como buen poodle, su pelaje lo protege de los climas muy fríos, como el invierno de este país; pero en primavera hay que peluquearlo. No estamos en primavera, pero su termostato interno le dice que sí, y los meteorólogos le dan la razón. Esta tarde, su peluquero estrella, y su duenho para mayores senhas, procedió a aliviarlo de sus agobiantes rulos, bueno de algunos. Zambi se dejó hacer, tranquilo, casi agradecido. No le vacila mucho que le trajinen las patas, la cola ni la zona pudenda, pero no hace mucha alharaca.
Yo también estoy necesitando una recortadita de pelo, pero para ese me traje mis ahorros, a mí nadie me toca mis partes pudendas.

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