mercredi 10 janvier 2007

Día de la independencia



Hace tiempo que no hacía tantas cosas sola, por mi cuenta, bailando con mi panhuelo. Bueno, tampoco es que me las haya arreglado solita como en los lejos tiempos (que no son viejos; pero de ninguna manera están cerca), porque aún dependo de mi guapachoso bastón, pero lo de esta tarde no estuvo nada mal.
Al mediodía, esposo se desvía del camino a la chamba para llevar a esposa al centro de Friburgo, donde ella tiene que rendir un examen de clasificación para el curso de francés que está empenhada en llevar as soon as possible. Luego de su evaluación, esposa tiene que ir a la estación central, comprarse un abono mi-prix, o sea medio precio, averiguar los horarios de los trenes que van a Rosé, comprar aceite de oliva, una colchoneta de yoga para las clases que tomará a partir del viernes, calcular bien su tiempo y subirse en un tren que la deje en Rosé alrededor de las cinco y pico, hora en que esposo la estará esperando, luego de haber terminado su jornada laboral por ahí cerquita.
El examen, papaya, para qué les voy a mentir; hasta me mandé a tomarme una foto antes de entregarlo. Espero que me coloquen en el nivel 2 por lo menos, pero los resultados me los enviará por e-amil la chica de la Unipop (como le llaman a la Université Populaire). Mi abonnement por un anho para pagar medio precio en el tren me lo van a mandar por correo convencional. Pataleé un poco para descifrar los horarios de los trenes, o más bien el folletito que te dan para que estés al tanto de los horarios. De todas maneras, logré treparme al tren que salía de la estación de Friburgo a las 5:02 de la tarde, de manera que llegué a Rosé a las 5:11 en punto; y ahí estaba él, muy orgulloso de la gracilidad con la que me desplazo por su país.
No más no encontré colchoneta, pero en cambio me compré unas panties marrones bien gruesas, tres libritos miniatura con recetas para "principiantes" y tarjetas telefónicas para llamar a Perú y a Bélgica.
Balance sumamente positivo, salvo por mi reencuentro con el estrés. No dormí, no comí, fumé. Y sé que no era para tanto, que aunque el tren me llevara hasta Laussane, para algo tengo celular, ya me iría a recoger esposo; que por mucho que me bloqueara en el test, es solo un cursito de nivelación, sacré Dieu! Pero no pues, yo quiero hacerlo todo bien; y además bien rápido. El pobre esposo deberá entender eso a la brevedad para que deje de estar tratando de hacerme reír o distraerme en plena crisis de ansiedad. Su vida puede correr peligro, por no hablar de nuestro bisonho matrimonio.
Bueno, ya no jalo. Me jateo sobre el teclado pero estoy contenta. Ya sé tomar el tren, pronto comenzaré a estudiar ... me estoy pareciendo cada vez más a mi misma.

2 commentaires:

Anonyme a dit…

ya estas de regreso!!!! si, ya comienzas a parecerte a ti misma...

Jen a dit…

gracias??? quién anda ahí?