mardi 2 janvier 2007

Blanca y radiante


La primera nevada de mi vida, a mis 34 anhazos me recuerda que nunca es tarde. En fin, es un decir. Los propietarios de los centros de ski ya estaban cabezones porque sus máquinas de producir nieve apenas cubren algunas pistas y la sensación no es la misma pe. Será como jugar tenis en arcilla o en tartán? jugar fútbol en grama natural o artificial? Tener sexo con un pata o con un consolador? Ni la menor idea, y por ahora no podré dar mayores detalles porque el solo hecho de desplazarme vestida como si fuera un cruce entre ewok y r2d2 ya es bastante difícil, así que ni se me ocurre la posibilidad de lanzarme desde una colina entornillada a un par de tablas.
Contrariamente a lo que yo temía, cuando nieva el frío disminuye. El asunto tiene una explicación climática muy lógica que Magtán me detalla con generosa paciencia, pero que no he conseguido retener, quizá porque al mismo tiempo estaba tratando de mantener el equilibrio en mis botas de astronauta pese a los copos de nieve que se metían en los minúsculos resquicios del abrigo y a los saltos del perro que parecía una cabra de monte y que era difícilmente distinguible entre tanta blancura.
Muy lindo, eso sí. Y viene más nieve, así que no los saturo de fotos, solo un recuerdito de esta inesperada primera vez para los que creían que este pechito ya se había corrido todas las canchas.

2 commentaires:

Unknown a dit…

Qué alegría reencontrarte, Pequeñita. No sabía que andabas blanca, radiante y con gringo cama adentro. Te mando miles de apachurres, todos los que seas capaz de aguantar y compartir.

Jen a dit…

como estás pues mi estimada :-)
un gustazo. oiga usted, acepta consultas gastronómicas on line? porque estoy perdidaza con la cuisine