Siempre me ha dado un poco de roche confesar que me gusta el box. Generalmente, lo hago como muestra de solidaridad luego de que alguien comparte un placer vergonzante y de vez en cuando vuelvo a hablar del tema con Fiorella, otra fan. Asumimos que algo tiene que ver el hecho de mi viejo no haya tenido hijos varones, que nos llevara con él al estadio y nos sentara a su lado mientras veía las peleas. Algo familiar debe haber, porque nuestros parientes que se establecieron en Estados Unidos todavía conservan el hábito de reunirse para ver los encuentros, todos le van a De la hoya y se turnan para pagar el pay per view.
Pero para nosotras como que todo se terminó con Holyfield y Tyson. Claro que siempre quedaron las películas, que no solo nos hicieron conocer a leyendas que pelearon cuando nosotras éramos muy chicas (Rocky Marciano, Jack Lamotta, Mohamed Ali) sino que también nos regalaron ídolos de ficción.
Mi viejo nos llevó a ver Rocky al cine Mantaro, cuando vivíamos en Huancayo. Y hoy fui a ver la última de Rocky en el cine Rex de Payerne. Muy paja. El mismo loser de la primera vez, la cara chancada (sospecho que su imagen marcó severamente mis gustos masculinos en adelante), las palabras contadas. Demasiado aferrado al recuerdo de su mujer, sospechoso de haber sido mal padre a juzgar por la relación con su hijo; pero justamente pues, este no es superhéroe. De hecho, su sabiduría, si la tiene, consiste en hilvanar una especie de manual básico de supervivencia en base a lugares comunes, como "lo importante no es ser el que más pega, sino ser capaz de recibir los golpes y seguir avanzando".
No voy a negar que hay un ingrediente emotivo en mi simpatía por Rocky, pero además creo que era el mejor momento para ver a esta ex gloria, que se niega a tirar la toalla, y rehace todo el camino ya recorrido solo para darse el gusto de probarse algo. Qué? Todo depende del tramo de la vida en que se encuentre el espectador, creo. En fin, a mi me encantó. Si Rocky puede, todos podemos, sorry por el entusiasmo. De hecho, yo ya me he puesto a trabajar en el guión de mi película autobiográfica: Rucky LXIX.
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4 commentaires:
Ke buena crónica..no sé si lo era, o tal vez crítica cinematográfica, no sé pero ta buena. Cuando no te pones extremista-feminista como en somos te sale chévere. Sorry x la desfachatez.
y esteban? en fin, siempre se agradece la desfachetez.
Hola Jennifer, un gusto leer tu blog, me tomó unas tres horas leer todas las entradas, no pude despegarme de la pantalla...
Te escribo en esta entrada en particular por tu comentario de la película, es un tema que me interesa bastante, tal vez por ahí te das una vuelta por nuestro blog Cinencuentro.
En fin, que te vaya bien lejos de este Perú de tantas caras y sigue escribiendo, te leeré asiduamente a partir de ahora.
Gracias Luis! ahí nos leeremos entonces
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