lundi 1 janvier 2007

Espacio-tiempo histórico

No había ni un alma en la frontera suizo-francesa cuando la atravesamos el 31 a eso de las seis de la tarde. Después de dos horas de trayecto por carretera estábamos a diez minutos de la casa de David y Chantal,unos amigos de Magtán que nos habían invitado para el “reveillon” (la noche de anho nuevo).

Para alguien que ha viajado más de quince horas en bus sin abandonar territorio peruano, esto de cambiar de nación cada tres horas no deja de ser extranho. Sobre todo porque el cambio puede ser muy radical de un lugar a otro. Ya dentro de la propia Suiza, cruzas un puente y, zas, todo está escrito en alemán o italiano.

Y ahora resulta que estamos en Francia, en la región de Alsace, más precisamente en el diminuto pueblo de Pfetterhouse. Feterqué???? Fetegús me repite Magtán como si hablara con una débil mental que no entiende cuando alguien le dice "chosica". No me vengas pues, eso es alemán. Clago me contesta, como si yo debiera tener "claguísimo" que Alsacia (y Lorena, como nos ensenhaban en el cole) ha sido sucesivamente alemana, francesa, alemana y francesa en el transcurso de las diferentes guerras, incluyendo las dos mundiales que han tenido por escenario esta apacible zona.

Nuestros anfitriones son demasiado jóvenes para haber vivido la época de la ocupación nazi, pero han escuchado hablar a sus padres y a sus abuelos sobre esos anhos. Con la mayor falta de consideración, los bombardeo de preguntas, valga la metáfora bélica.

En 1940, el ejército alemán recuperó este territorio, prohibiendo de inmediato que se hablara francés y enrolando en sus filas por la fuerza a todos los hombres de los alrededores. Así, cientos de soldados que hasta ayer eran franceses, un día despertaron para disparar contra sus propios compatriotas. Quedan pocos indicios de ese periodo: los nombres de algunas ciudades, un incomprensible dialecto alemán-francés que casi nadie habla y un campo de concentración. Struthof fue el único centro de exterminio que funcionó en territorio francés.

Supongo que nada de esto es gran novedad, pero a mí me alucina constatar –sin habérmelo propuesto- todas las cosas que han ocurrido en estos lugares, las guerras que mis viejos no padecieron y de las que solo he sabido por las películas. Y encima Suiza era territorio neutral. Cómo así? Si estamos a diez cuadras de la frontera, y en una hora y pico estaríamos en Alemania, o en Austria. Muy difícil imaginarse todo.

Magtán nunca ha visitado un campo de concentración. Dice que esa no es su historia, que él siempre se ha sentido descendiente de los celtas y otros argumentos que saca de la manga a la prepo para cortarme la viada de la ociosa reflexión histórica –particularmente ociosa para él, que ha tenido que estudiar y escuchar lo mismo desde que tiene uso de razón-. Al fin y al cabo, es el primer día del anho, todavía no cae nieve pero en la frontera suiza hoy sí nos esperan unos corpulentos y coloradísimos guardias de aduanas. Todo en regla jefe, la familia Hamel vuelve a casa. Loreleiiiiiii

2 commentaires:

Anonyme a dit…

¿Cómo que no tienes amigos?
Qué bien te quedan la nieve, ese maravilloso atuendo matrimoniero y hasta la ovulación con frutas carísimas de fondo. Tu esposo es lo máximo y ese perro por favor sacrificar. te queremos mucho
ml

Jen a dit…

jamás cometería la herejía de decir que no tengo amigos, aunque quizá en un trance ovulatorio de esos bravos ... si eres lui dame una senhal